Steve McQueen nos ha demostrado con dos películas (‘Hunger’ y ‘Shame’) ser un excelente director, un exponente de “nuevo cine británico”, si es que existe esa etiqueta. Por eso con ‘12 años de esclavitud’ esperaba ver su mejor película hasta la fecha, un compendio de su particular universo, ahora con más presupuesto y una historia mucho más ambiciosa. Sin embargo lo que me he encontrado, si bien está entre lo mejor de 2013, anda lejos de lo que le exigía al director británico.
‘12 años de esclavitud’ parte de un material prometedor, el libro de memorias de Solomon Northup, un hombre libre que fue secuestrado y vendido como esclavo en la época más dura del esclavismo en EEUU. Con semejante punto de partida el filme de McQueen ( que intentó hacer “la película definitiva sobre la esclavitud”) podría haber sido una obra magna, pero cierta falta de emoción, cierta frialdad, la hace simplemente una buena película que, eso sí, está estratégicamente diseñada para enamorar a los académicos y llevarse un buen puñado de Oscars.
’12 años de esclavitud’ es una película fría pues, si bien es cruda, no logra transmitir el sufrimiento de Salomon en su cautiverio. La culpa no es ni mucho menos de Chiwetel Ejiofor, que hace una interpretación magistral, si no de cierta falta de fuerza en el guión, mostrándonos su odisea como algo plano sin demasiados sobresaltos –siempre está sufriendo, pero hay pocos “highlights”- y por un montaje que no ayuda a recrear el paso del tiempo.
Problemas con la percepción del paso del tiempo
La cuestión es que acaban las dos horas de metraje y no tienes la sensación de que el personaje haya estado más de una década esclavizado. Todo se ve igual: él, su amo, sus sufridos compañeros de plantación, la finca dónde se sitúan los hechos… El único momento en el que realmente sufrí fue hacia el final del filme, con determinada escena de tortura especialmente dura… ¿Me he vuelto muy exigente o buscaba demasiado en la película de Steve McQueen?
Otro problema de ’12 años de esclavitud’ son unos personajes sencillamente esbozados, por lo que es complicado empatizar con ellos. Salomon esla excepción y quizá, en parte, Patsey, la esclava estupendamente intepretada por Lupita Nyong’o.
Pero, por ejemplo, Edwin Epps (Michael Fassbender), el amo que se las hace pasar canutas, luce como mera caricatura. Es muy cruel, y no pedía que tuviese una cara amable, pero sí algún matiz más, algo que se esboza, pero no suficiente, con su relación de pasión/odio hacia Patsey. Ante este plan Fassbender lo tiene muy difícil para darle credibilidad, aunque no se puede negar que su interpretación esta medida, al igual que le ocurre a Sara Paulson, su despiadada mujer en la ficción.
Pese al tema que trata es políticamente correcta
Aunque de traca es el personaje interpretado por Brat Pitt, el abolicionista canadiense Bass. Apareciendo de la nada, ayudará a Solomon en un momento deus ex machina que no tiene tensión alguna. McQueen no deja respirar ese momento para que dudemos unos minutos de si las cosas saldrán como esperamos o no. Bratt Pitt no necesitaba más minutos, simplemente una mejor introducción y justificación.
Quiero pensar que ’12 años de esclavitud’ arrastra todos estos problemas por haber querido ser muy fiel al libro adaptado. Lo que puede funcionar en un libro, más dado a que el lector se cree sus propias teorías gracias a esbozos descriptivos previos, no siempre funciona en pantalla, en la que el soporte imagen hace que ciertas cosas deban explicitarse más, y eso incluye la construcción del personaje, ya sea con acciones o con diálogos.
Con todo esto, ’12 años de esclavitud’ no es ni mucho menos una mala película. Se trata de un filme muy bien realizado a nivel técnico y, a pesar de sus ambiciones, poco polémico (los malos, son muy malos; los buenos, más buenos todavía), por lo que, como he dicho al principio, tiene números para llevarse muchos premios. Además, aunque no emociona en ningún momento genera tedio, así que sus más de dos horas de metraje aburridas no se hacen.
Intérpretes muy por encima de la trama
Otra cosa que no se puede negar es su excelente plantel de actores que demuestran que son capaces de exprimir con acierto su débil (sobre todo en el caso de Fassbender) construcción de personaje. Así que creo que, puestos a premiar a la película, la Academia debería centrarse en premios para sus actores.
Mi puntuación: 7.5
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