Los descendientes. Opinión

 
Los descendientes

El cine de Alexander Payne tiene la virtud de que sus personajes resulten creíbles desde el minuto uno. El director tiene esa capacidad para (re)crear instantes de vida, momentos que te pueden pasar a ti y a mí, independientemente del espacio y el tiempo. Tras el buen sabor de ‘Entre copas’ Payne regresa a la dirección de largos 7 años después con ‘Los descendientes‘, otro retazo de vida que merece la pena conocer.

En este caso es la de Matt King (George Clooney) y sus hijas, que se tienen que enfrentar al accidente de la esposa y madre. Como no, la triste noticia será el motor que moverá las complicadas relaciones de esta familia desestructurada afincada en Hawaii, un Hawaii que no se muestra como la postal que conocemos de tantos otros filmes. Payne ha sacado lo mejor de Clooney en una interpretación en la que no se vean atisbos del histrionismo típico del actor. Su personaje es tierno, cruel, justo, duro… como la vida misma.

Una tragicomedia natural y creíble

El suyo, y el de todos los demás. Acertados son los caracteres de las hijas, de los suegros, del amigo de la hija mayor -un personaje desaprovechado, eso sí- y hasta de esos primos que sólo piensan en el dinero. En ‘Los descendientes’ no hay buenos ni malos, podemos entender la postura de cada personaje ante el trágico accidente y sus comportamientos a veces egoístas.

Payne ha combinado muy bien este drama familiar en el que todos pensamos y se nos eriza el bello -la situación que vive Matt y como tiene que manejarla no es nada fácil- con la trama immobiliaria sobre la decisión de vender unos terrenos. Ambas tramas se desarrollan paralelas pero con puntos en común, ambas cuestiones son las graves preocupaciones del personaje de Clooney, y en ambas entramos de lleno porque, en mayor o menor medida, nos podrían pasar a todos.

Un drama familiar con protagonista con mujer en coma y niñas a las que no sabe cómo tratar hubiese desembocado en manos de otro director una película sensiblera. Afortunadamente Alexander Payne no juega en esa liga y sabe sazonar el irremediable drama con toques de comedia. Así, a pesar de la dura situación nada es lo bastante trágico, y si se nos escapa una lágrima será veraz, no un goteo forzado por un sentimentalismo de cartón piedra.

En conclusión

‘Los descendientes’ es, sin duda, una de las mejores películas americanas de 2011. La avalan un gran guión, una dirección firme y un George Clooney en su mejor momento. No te la pierdas aunque haya sido la gran “perdedora” de los Oscars.

 

Mi puntuación: 8

 

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