El dictador. Opinión

 

El dictador de Paramount Pictures

Sacha Baron Cohen se ha ganado a pulso su fama de provocador, convirtiéndose en el actor más demandado de la historia. Este actor británico saltó a la fama en su país de origen con el ‘Show de Ali G’, donde sacó de la chistera a los personajes que más tarde han aparecido en las adaptaciones a pantalla grande: El rapero Ali G y los reporteros Borat y Brüno, demostrando un talento para la comedia fuera de lo común y una irreverencia no apta para susceptibles, de este modo sus películas, desde luego, no han dejado indiferente a nadie.

El intérprete se siente cómodo incomodando y utilizando la sátira a modo de crítica al capitalismo salvaje y a una sociedad actual muy digna de que la parodien. Además no ha podido ser más oportuno, en los tiempos que corren, lanzando un film que se mete en un terreno pantanoso como la política y se ríe de ella, sin rubor ni miramientos, y sin prejuicios de ningún tipo, ni racial, étnico o social. Echando sal a la herida pero aliñando con grandes dosis de humor, la contrapartida perfecta en este género.

El dictador de Paramount Pictures

Sacha Baron Cohen, único en su especie

El tándem Larry Charles y Baron Cohen funciona a las mil maravillas. La virtud tanto de ‘Borat’ como de ‘Brüno’, fue la búsqueda del escándalo y la parodia bajo el formato del falso documental y sobretodo al inteligente uso de la cámara oculta, en situaciones en las que dudamos si lo que estaba pasando era o no real.

Además el hecho de llevar al extremo situaciones cómicas, jugaban con el riesgo de un espectador que se ríe, o bien se siente ofendido, incluso ambas. El mérito es exclusivo de un gran actor como Cohen, un cómico que ya es icono a día de hoy, y no exageramos si comparamos su talento al de mitos de la calidad de Peter Sellers.

El dictador de Paramount Pictures

Gags con una ácida carga a la sociedad americana

Cohen tiene como víctima favorita el pueblo norteamericano, y en ‘El dictador’ lo deja una vez más en evidencia, descubriendo las vergüenzas de una sociedad hipócrita y autoengañada en conceptos y símbolos de patriotismo, víctimas de un gobierno necesitado de buscar enemigos más allá de las fronteras parapetadas entre barras y estrellas.

Esta visión distorsionada que desde EEUU, tienen del terrorismo y el pueblo árabe dan mucho juego y minutos de metraje de un humor corrosivo, pero que no llega al límite de sus predecesoras, en parte porque esta vez los actores siguen un guión pre-establecido y no hay trucos, engaños, ni cámaras ocultas, la cinta es ficción pura y dura. La pega es que no todo es humor crítico e inteligente, ya que quizás en el ansia de conseguir más audiencia y de rebajar un poco la tensión, la cinta está complementada con numerosos cameos, gags obscenos (al más puro estilo Torrentiano) y simples, que sin bien tienen gracia le quitan fuerza al conjunto global.

El dictador de Paramount Pictures

Guiños al genio, Chaplin

La gran referencia del film es claramente una obra maestra del género como ‘El gran dictador’ (1940) de Charles Chaplin que hace más de 70 años, ya escandalizó y resultó una molestia, siendo una sátira sobre el nazismo y en concreto su caricaturesco protagonista, el líder tomano, en una clara alusión a Aldolf Hitler. Cohen y Charles cogen muchas ideas del guión del clásico, contextualizandolas en la actualidad.

El homenaje se hace del todo evidente en el clímax del film, un discurso final del tirano Aladeen en la sede de las naciones unidas, un monólogo réplica al mítico que en su momento realizó el maestro Chaplin y que realmente deja en ridículo a los defensores de falsos ideales de una democracia tan y tan castigada con el paso de los años.

 

Mi puntuación: 6,5

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