‘Medianoche en París’. Opinión

 

Medianoche en París

Una chispa de esperanza se nos ha encendido a muchos fans de Woody Allen tras ver ‘Midnight in Paris‘. Y es que no nos vamos a engañar, el genio de Brooklyn llevaba unos cuantos años poco inspirando, realizando  filmes simpáticos pero olvidables. Afortunadamente a su última película no sólo no  puedo aplicarle estos calificativos, sino que me ha parecido una gran obra.

Con ‘Midnight in Paris’ ha vuelto el Allen más fresco y encantador. Como no, encontraremos un alter-ego del director, en este caso Gil, un Owen Wilson muy acertado, con una crisis artística y sentimental. Pero allí está París, su calles, su lluvia, su noche y, sobre todo, los personajes con los que se irá topando el protagonista, para arreglarlo todo.

 

Medianoche en París

Woody Allen recupera su mejor versión

‘Medianoche en París’ es un cuento para adultos amantes de la cultura. Más cercana a la faceta fantástica de Allen -sobre todo, a ‘La rosa púrpura del Cairo’– que a sus películas costumbristas, con ella el director rompe las barreras de realidad y ficción, de consciencia y sueño, para contar una bonita historia sobre la inspiración, el hecho de ser escritor, la idolatría  y, por encima de todo, hace una acertada reflexión sobre la nostalgia.

Las secuencias realistas de la película tienen al mejor Allen de diálogos punzantes y situaciones en las que se ríe de ciertos colectivos, como el intelectual pedante que interpreta Michael Sheen o los conservadores padres de su prometida. En las secuencias de ensoñación del protagonista, en cambio, despliega su vena más romántica con una preciosista puesta en escena y auténticas perlas dialécticas y apariciones estelares de algunos de los personajes históricos con los que se encontrará Gil… y no pienso citar nombres para no desvelar agradables sorpresas que se van sucediendo en el filme.

 

Medianoche en París

Una visión muy particular de la capital francesa

Lo que más se puede criticar a este filme no deja de ser en una constante en Woody Allen. El París que nos muestra es una postal, una guía turística, aunque no llega a esos extremos cargantes de ‘Vicky, Cristina, Barcelona’, la única película que rodó en España y que no podía ser más tóppica en cuanto a  muestras de la cultura y arquitectura barcelonesas. De todas formas,el cine de Allen no está hecho para retratar los bajos fondos y miserias de las ciudades, sino para imprimir el amor que siente por ellas, y en ‘Midnight in Paris’, dado su carácter un tanto onírico, esto queda muy justificado.

Estoy segura que los que andaban desencantados con Woody Allen por sus últimos filmes recuperan la ilusión con esta película, y es que una buena mezcla de comedia, ternura, romanticismo, secundarios carismáticos, homenajes a la cultura, buena música y estupenda puesta en escena no se ve todos los días.

 

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