Resulta complicado hablar de ‘Tusk’ sin revelar partes claves del argumento, algo que me he ido encontrado buscando sinopsis y reseñas varias, por suerte las hallé después de su visionado en Sitges 2014, por lo que pude experimentar en mis carnes “la sorpresa” cuando el argumento da el giro definitivo y final. Así que procuraré ser cuidadoso.
El autor de ‘Clerks’ encuentra su hueco en el cine de terror
Kevin Smith, el popular cineasta de New Jersey, vuelve a tocar la tecla acertada y nos ofrece uno de sus mejores trabajos, tras su regreso con la interesante ‘Red State’ (ganadora en Sitges 2011), un thriller de terror rural ambientado en la América más profunda. En ‘Tusk’ la historia se desplaza a la presumiblemente pacífica Winnipeg (Canadá), donde Wallace Bryton (Justin Long), un joven e irreverente podcaster americano, pretende entrevistar a un chico, un youtuber que por accidente se auto-mutila la pierna con una katana. El conflicto surgirá cuando se quede sin entrevistador y deba buscar una alternativa, que desde luego encontrará…cuando descubra el paradero del anciano Howard Howe (Michael Parks).
Es obvio que el director de ‘Mallrats’ ha madurado (hasta cierto punto) a nivel cinematográfico, se le ve más cómodo moviendo la cámara en un género que conoce bien. Su gusto por potenciar metraje a base de largas líneas de diálogo, aderezadas con el uso de flashbacks, están bastante justificadas (al igual que el propio Tarantino) y sirven para ahondar aún más en la psicología de los personajes principales. Evidentemente las referencias cinéfilas y los chistes sexuales/raciales tienen cabida en el relato, cómo en toda la filmografía de Smith.
Lo que en su primer tercio bien podía ser una comedia en la línea de ‘Jay y Bob el silencioso’, cambia radicalmente en el encuentro entre Wallace y el misterioso Howe, un antiguo lobo de mar deseoso de explicar sus aventuras de supervivencia en la segunda guerra mundial. Y es que la “supervivencia” es un término clave en ‘Tusk’, un concepto que puede alterar la condición humana hasta límites insospechados.
El hombre y su des-humanización
Howe cita en su relato directamente a Ernest Hemingway, y no es casual, puesto que el personaje encarnado por Parks bien podría ser una versión perversa del protagonista del ‘El viejo y el mar’. Pronto descubriremos que en realidad lo que está haciendo el anfitrión relatando sus historias es tejer parsimoniosa y cuidadosamente una gran tela de araña para poder atrapar inocentes presas y saciar la voracidad de un animal hambriento.
Es loable destacar el gran trabajo del veterano Michael Parks, presentado en sociedad por Quentin Tarantino en ‘Kill Bill’, que tras brillar y dar lo mejor de sí mismo en ‘Red State’ vuelve a impresionarnos e inquietarnos sobremanera con una intrepretación camaleónica en ‘Tusk’.
Un escalofriante relato… ¿real?
Camino del clímax, el realizador de ‘Dogma’ convierte la cinta en un “Mad Doctor” sui géneris, una versión bizarra de ‘Misery’ con elementos del mejor Rob Zombie e incluso del “J-Terror” más extremo del país nipón, ofreciéndonos secuencias que por explicitas llegan a ser hasta paródicas, una animalada que no se puede tomar demasiado en serio, pero que tratándose de un filme de estás características… funciona. No daré más pistas, hay que experimentarlo.
Lo que realmente resulta aterrador es que ‘Tusk’ este basada en hechos reales, da escalofríos pensar que cosas que sólo caben en las pesadillas, formen parte de la historia más reciente.
Mi puntuación: 7
Curiosidades:
- Kevin Smith recupera a Haley Joel Osment (‘El sexto sentido’, ‘A.I.’) para la gran pantalla, el niño prodigio se ha convertido en un rollizo joven con aspecto desaliñado, su papel no le permite lucirse demasiado, pero es una agradable noticia verle de nuevo.
- ¿Qué actor conocido se esconde tras el personaje del excéntrico detective Guy Lapointe?. Una pista: Tim Burton lo sabe.
‘Tusk’
País: Estados Unidos
Género: Terror
Director: Kevin Smith
Reparto: Justin Long, Michael Parks, Haley Joel Osment, Génesis Rodríguez, Johnny D.
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